Miércoles de Opinión Literaria
Como cada
miércoles en el libro rojo, aquí les
va la recomendación por si andan en busca de un buen libro; en esta ocasión les
hablaré de una obra del novel José Saramago: las intermitencias de la muerte.
“Al día
siguiente no murió nadie. El hecho, por absolutamente contrario a las normas de
la vida, causo en los espíritus una perturbación enorme, efecto a todas luces
justificado…”
Así da
inicio la novela de Saramago, la cual llegó a mis manos por mera casualidad;
les contaré brevemente la anécdota. En el 2005, año en que salió publicada bajo
el sello de la editorial Alfaguara, aquí en México, y dentro del marco de la
Feria Internacional del Libro, en esta ciudad Guadalajara, se preparó una
lectura a dos voces, como parte de la promoción al libro. Los presentadores, el
propio autor y el actor mexicano García Bernal, el lugar, el teatro diana, por
aquel entonces recién inaugurado. Y aunque ustedes no están para saberlo ni yo
para contarlo, García Bernal, protagonista de la famosa película Amores Perros,
es un tipo guapo además de talentoso, según mi parecer. Así que me di a la
tarea de conseguir boletos para dicho evento, con toda la intención de conocer
al actor, algo así como primera fila, para verlo de cerquita. Y tengo que confesarlo, no sabía nada del
libro ni tampoco de Saramago. Pero el día del evento, oh sorpresa, la novela
simplemente me dejo fascinada. Fue una experiencia muy especial, estar ahí
escuchando la voz del autor, pausada, profunda,
el juego de luces, la historia con toda su fuerza. Cuando salí del teatro corrí
a comprar el libro. A la fecha, lo he leído un par de veces, convirtiéndose en
una de mis historias preferidas; y terminé adquiriendo otras novelas de
Saramago, que también he gozado mucho.
DE QUÉ TRATA:
En un país cuyo nombre no será mencionado se
produce algo nunca visto desde el principio del mundo: la muerte decide suspender
su trabajo letal, la gente deja de morir. La euforia colectiva se desata, pero
muy pronto dará paso a la desesperación y al caos. Sobran los motivos. Si es
cierto que las personas ya no mueren, eso no significa que el tiempo haya
parado. El destino de los humanos será una vejez eterna. Se buscarán maneras de
forzar a la muerte a matar aunque no lo
quiera, se corromperán las conciencias en los acuerdos de caballeros explícitos
o tácticos entre el poder político, las mafias y las familias, los ancianos
serán detestados por haberse convertido en estorbos irremovibles. Hasta el día
en que la muerte decide volver…
SOBRE EL AUTOR:
(Azinhaga 1922) Fue un escritor, novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués. En 1998 se le otorgó el premio novel de literatura. La academia sueca, destacó su capacidad para «volver
comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación,
la compasión y la ironía
Esta
novela, es una parábola sobre la corta distancia que separa lo efímero y lo
eterno, y termina tal como empieza.
“Al día
siguiente no murió nadie.”
No me queda
más que decirles que cuando tengan oportunidad se den tiempo de leer esta
historia; y aunque Saramago no es un autor fácil de leer, sin duda que van a
disfrutarlo al máximo.
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