Un reto literario.
Estando en clase de Escritura Creativa,
constantemente llegaban los retos , de hecho en cada clase la maestra Caro nos
presentaba algo que nos ponía a pensar y a veces a sudar… la mayoría de las consignas eran para
escribir durante clase, pero otras de acuerdo a la dificultad eran dejadas de
tarea.
Aún recuerdo cuando nos dejó el “germinado de
palabras”, pero ¿qué es eso? se dirán. ¿Qué no lo único que germina son las
semillas? Eso fue lo que pensé cuando dio el tema. Pero una vez que nos
explicaron de que trataba, cobró sentido. Está técnica trata de crear un texto
coherente, el principal punto de todo esto es la coherencia, allí reside la
dificultad. Pues todas las palabras exceptuando las conjunciones, preposiciones y artículos tienen
que comenzar con la misma letra, ¿cómo? Bueno sería algo así como: Pepe pecas
pica papas… claro que en este caso la extensión del texto era al menos tres
párrafos.
La técnica es de los retos más complicados en
los que he trabajado, pero pues tanto me gustó que después de realizar la
tarea, escribí una poesía… a todo esto no soy una poeta, soy narradora, sin
embargo es una muestra de la técnica.
Amar se afirma con A
Amar así,
absteniéndose de la aversión
Abarcando los abismos
con un abrazo
Acogiendo la
adversidad con afección
Aferrándome a tu aire
con agasajo
Amar así, sin
alardear la afición
De tu amplía y
alabastrina alma
Que asemeja al aloe y
alivia mi aprensión
Y con agallas mis
asperezas arranca
Amarte así, almíbar
de mi adoración
Azúcar de mi acritud
adquiriente
Abrigo de mi afilada
alienación
Auxilio en el ahogo
del amargo ambiente
Amor que con A es
afirmante
Ambicionando tu
amabilidad adjunta
Añorando tu
apariencia apabullante
que a tu atisbo la
ambigüedad aluza
~ * ~
Corazón
de Cristal
Con cuidado camino cerca del cauce de la
caudalosa corriente. Como con una corona
colocada en la cabeza, considero cruzarla.
Cocodrilos, culebras, capulinas y cucarachas curiosean en ese
costado. Cualquiera contemplaría no
comparecer allí. Pero es el camino que conduce al cariño. Conservo la
compostura, mi corazón condiciona continuar.
No se conformará con la carencia de caricias y cordialidad.
La cuerda color carmín que concreta la
casualidad es caprichosa pero mi corazón
continúa confiado, se complace con el corto cariño que conserva. No conoce el calvario concertado por el
cordel. El corazón de cristal, ciego conduce a
su caída, la catarsis comienza y cual cruel crimen cimentado con el
calor de la circunstancia, el confiado corazón en colosal combustión culmina.
El cronómetro ha comenzado la carrera, el curso no cede, el ciclo cesa. El
corazón de cristal cae. La casualidad ha clamado. El cariño ha concluido.
El corazón colapsado, conquistado,
cuarteado, contrariado y cansado, su
coraza cambiará. No de chocolate cual confite al calor concluirá en un crisol.
No de calcita que al confrontarse se
corroe. No de carbón que al clímax se consume. Ni de cobalto cual cárcel
cerrará la compasión. La cabeza cree en su cargo cerebral conservarlo de
cristal caduco que al chasquido es cortado, con carencias, cediendo a la
compulsión, carcomiéndose de celos cual caleidoscopio de caprichos. Aun así es
claro, y con capacidad de conmoverse al contrario de un cadáver cretino que
colecciona cinismo que chantajea y se corrompe. El corazón de cristal ha
caminado en contra, y aún conserva en las cicatrices el cadencioso cascabel que
canta al compás del Calipso curador. Ha compartido congoja pero ha conseguido
crecer y cual constelación del cielo continuará centellando.
Por Alejandra Maraveles
~ * ~
Silencios
siniestros
Un silbido silencioso susurraste, un silbido
que subió por mí ser, sucumbiste con tu simpleza la soberbia que se soldaba en
mí. Sobornaste mis sombras, las sometiste soltándolas de mí, no te sacrifiques
sustituyéndome, que no servirá.
Un susurro sirvió para serenar mis
significado, mi soberbia, mi sed, seguramente que un solo soplo mío sería
suficiente para sembrar en ti un sinfín de similitud con lo siniestro. Tus
sentimientos no son suficientes para socorrer mi ser, y si sólo supieras un
segmento de lo que soy, si sólo supieras los sentimientos que se sofocan en el
silencio de mi sádico ser, seguro
sostengo que serias silenciada por los secretos, seguido del sufrimiento que surgiría por
saber lo que soy.
Si supones que seguirás situándote en mí,
sólo suplico que me sostengas sin saber si siempre seré sincero, si tus
sentimientos son suficientes para soportar mi silencio, si sientes que
sobrevivirás a mis secretos; sin
sabotaje ni suspenso, te sentencio a sepultar mi sentido siniestro.
Por Karla Medrano
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