viernes, 7 de junio de 2013

Escrito por axlmar en , , | 5:49 p. m. Sin comentarios



Frases y melodías.




¿Cuántas veces no has escuchado una canción y se te queda pegada a la cabeza? De esas veces que te la pasas tarareando incluso de forma imperceptible hasta que alguien te dice… “ya deja esa tonadita la has traído todo el día”. Pues es algo que si bien no me sucede a menudo, pero si me ha sucedido. Y lo peor del caso es cuando pasa con canciones que ni siquiera te gustan.

Pues de la misma forma frases de libros se quedan atorados en el pensamiento, puede que no recuerdes a la perfección toda la historia que leíste o ni siquiera recuerdes el nombre de los personajes, pero ciertas frases se te quedan cual astilla incrustada.



Puedo repetir muchas frases de libros que he leído, algunas ni siquiera puedo decir con precisión de que libro o autor las saqué, pero son frases que al igual que la música se quedan en nuestra mente porque algo dentro de nosotros se movió, porque tal vez esa canción que no te gusta tiene algo que necesitabas en ese momento que se te queda pegada. Por eso la recuerdas, por eso la necesidad de repetirla.

Es allí cuando entiendes lo que dicen de que no hay libros buenos o malos… sino libros bien escritos o mal escritos. Un libro que a muchos no les gusta te puede dejar una o varias frases si está bien escrito. Una canción que no te gusta, si está bien hecha te puede dejar una melodía o un compás grabado en tu cabeza

Todas esas frases célebres que encontramos por toda internet son algo así, retazos de libros, de ensayos, de poemas que alguien escribió bien,  que son usadas indiscriminadamente y sin saber muchas veces su procedencia.

Hay una frase de Borges muy usada en redes sociales "Yo, que me figuraba el Paraíso bajo la especie de una biblioteca.", frase sacada de su poema de los Dones. A las personas que nos gusta leer esa frase te llega, sin embargo cuando sabes el contexto en el que fue escrita entiendes la ironía de esa frase. Borges la escribió después de quedar ciego, la ironía entra cuando lo nombran director de la biblioteca más grande Argentina, sabiendo que nunca será capaz de leer un solo ejemplar.

Por allí nos dice un maestro, que el escritor sólo hace la mitad del trabajo, que el resto lo hace el lector. Creo que es cierto, una vez que has publicado un libro las palabras dejan de pertenecerte, y cada lector tomará lo que entienda, lo que le llame, lo que necesite. Tal vez las frases que recordamos nos llamaron, las sacamos de contexto y las usamos sin conocer el verdadero fondo, porque nosotros decidimos darles otro significado.



Creo que para todos los artistas esto es una realidad. Tal vez de lo que escriba, a los lectores sólo le queden dos frases, y les dará un uso distinto con el que fueron creados. Entonces ¿es malo?

No, poder decir que un lector se quedó con algo tuyo así le dé el uso que quiera es maravilloso, eso es un indicativo de que hiciste un buen trabajo escribiendo. Así no recuerden quien lo escribió.

Tal vez como escritores muchos deseamos eso, escribir y dejar al menos una frase pegada a la cabeza de alguien, como esa tonada que repetirá hasta el cansancio, como un lugar para refugiar un dolor oculto.

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