La extraña obsesión de
Lewis Carroll por su Alicia
Una
de mis historias preferidas desde que era adolescente, ha sido Alicia en el
país de las maravillas y Alicia a través del espejo, del escritor Lewis
Carroll. Los años han pasado desde aquella primera vez que abrí el libro y quedé
fascinada con los personajes: el conejo, el sombrero loco, la falsa tortuga, el
gato de Cheshire, y por supuesto con Alicia. La vida me ha dado la oportunidad
de visitar en más de una ocasión, el país de las maravillas, y en cada nuevo
viaje, he descubierto nuevas cosas, porque la experiencia nunca ha sido la
misma. Sin embargo, la historia respecto a cómo surgió esta novela, me resulta
tan o más interesante; así como el personaje que era en si mismo él propio autor de la obra. En esta
ocasión, contaré un poco sobre quién fue el escritor y la obsesión tan extraña
que sentía por las niñas, en especial por una Alicia.
Charles Dodgson (Lewis Carroll),
diácono en Oxford, profesor de matemáticas y apasionado de la lógica; pasaba
infinidad de tardes inventando historias
fantásticas para deleite de las hijas pequeñas del doctor Lidell, el
decano de Christ Church en la ciudad de Oxford, hasta un mes de julio del año
de 1862, fecha en que la niña Alicia, su preferida, le pidió que escribiría la
historia para poder leerla y volver a la lectura cuando quisiera mostrarla a
sus amigas. Esa misma noche, comenzó a escribir lo que habría de convertirse en
un clásico de la literatura infantil de todos los tiempos.
Lewis Carroll/Charles Dodgson nació
un 27 de enero de 1832, fue el tercero de once hermanos, de los cuales ocho
eran mujeres. Era un personaje gris, taciturno, introvertido y severo; que
logró unir la lógica con el sinsentido, transitar por el terreno de lo
irracional y el absurdo. Con los adultos se sentía a disgusto, obligado a
participar de las reuniones sociales; pero con las niñas se sentía en su
elemento, por lo que tuvo docenas de amigas, con quienes se relacionaba como su
igual, como si a través de ellas recuperara su infancia perdida. Su favorita en
la década de los sesentas fue Alicia Lidell, en los setentas fue Gertrude
Chataway, y en los ochentas fue Isa Bowman; apenas llegaban a la pubertad ya no
le interesaban, habían perdido su encanto.
“Por lo general la niña se convierte en un ser
totalmente distinto cuando se trasforma en mujer, entonces también nuestra
amistad debe adaptarse a esta evolución, lo que se traduce en el paso de una intimidad
afectuosa a relaciones de simple cortesía, consistentes en el cambio de una
sonrisa o de un saludo cuando nos encontramos”
Lewis
Carroll
Dichas amistades infantiles han sido tema de
innumerables conjeturas y especulaciones por parte de los críticos y estudiosos
de su obra. Desde cualquier punto de vista eran relaciones anómalas. Incluso
con el tiempo, cuando Carroll comenzó a envejecer, él mismo terminó físicamente
convirtiéndose en una especie de niña envejecida, las fotografías que le tomaron
por aquella época, muestran esa evolución hacia una feminidad más pronunciada.
“Ellas, las
niñas, constituyen las tres cuartas partes de mi vida”
Además
tenía un variadísimo repertorio de juguetes para poner a disposición de sus
amigas, todo aquello que pudiera interesar a las niñas de los cuatro a los once
años. También tenía una colección de trajes y un estudio fotográfico en las
habitaciones superiores de su casa, lugar donde las disfraza de gitanas,
pordioseras o romanas. Lewis Carroll
buscaba situaciones idílicas y marcos muy bellos para retratar a sus amigas, a
quienes disfrazaba y leía cuentos, dirigiéndose por carta a sus padres para pedirles permiso para retratar a sus hijas; aunque
nunca dijo que alguna vez haría un desnudo, sino “un vestido hecho de nada”. Se
sabe que en su legado hay unas cinco imágenes de desnudos infantiles en un
sobre cerrado bajo la consigna “quemar antes de abrir”, y que descubrió un
investigador en los años 60 del siglo XX.
Y
como aún hay mucho más por conocer sobre la historia detrás de la novela de
Alicia en el país de las maravillas, en la próxima oportunidad continuaré. No
dejen de leernos aquí en EL LIBRO ROJO.
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