Para los autores, siempre nos llega
ese momento en que queremos escribir sobre las estaciones, no obstante, en un
país tropical, como lo es México, resulta difícil diferenciar una estación de
otra.
Yo acostumbro decir que aquí tenemos
una semana de invierno y 11 meses de calor, incluso en pleno otoño, las temperaturas,
aquí en Guadalajara oscilan entre los 28 y 33 grados a medio día, aunque a
diferencia del pleno verano, en la noche y madrugada llega a bajar hasta los 15
o 16 grados, ya en invierno, esta temperatura baja unos dos o tres grados, a
excepción de los días que llegan los frentes fríos.
Obviamente esto se vuelve un
problema, en una ocasión un amigo escribió sobre una primavera en España
parecida a la de aquí, sin tomar en cuenta de que la primavera en los países
donde nieva, es muy lluviosa y de agua fría, mientras que el estío aparece
seco, aquí en México, el verano es el que es lluvioso, lluvias que todos
esperan con ansías, porque la primavera es seca y caliente, en Mayo, llegamos a
los 40 grados, obvio, aquí, porque en partes de México llegan a temperaturas
cercanas a los 50, sobre todo, en las partes desérticas.
Ahora bien, me ha tocado leer mucho
sobre inviernos con nieve, primaveras húmedas, de veranos cálidos y secos y un
otoño en que la temperatura comienza a bajar… evidentemente quienes escriben de
eso, son autores que viven en lugares del mundo donde de una estación a otra
las temperaturas y el clima varía de manera en que se puede distinguir con
claridad en que estación transcurre la historia.
Por mi parte, me gustaría decir lo
mismo, pero aquí, si tomo la temperatura real tendría que hablar de un otoño en
que si no prendes el aire acondicionado del carro, te asarías dentro y más si
quieres verte a la moda y ya te pusiste el suéter delgado que en el maniquí se
veía maravilloso, pero que te arrepentiste de habértelo puesto a eso del
mediodía cuando el calor se siente con fuerza. O de un invierno, en que apenas
puedes usar esas botas lindas y tomas la decisión de o ponerte las botas o el
saco, porque ambas son una elección de estar sudando como si estuvieras en
pleno verano.
Creo que para nosotros que vivimos
en este tipo de países, la forma más clara de diferenciar las estaciones sería
por medio de las frutas, porque siempre aparecen las frutas o verduras de la
temporada, sabes que es primavera porque hay mangos, ciruelas y pitayas… el
verano llega con la sandía, el melón y los duraznos, en otoño disfrutamos de la
cosecha de elotes y calabazas, mientras que en invierno aparecen las
mandarinas, los limones y las manzanas. Claro que esto lo sabes porque son las frutas
baratas, porque todo el año puedes encontrar prácticamente de todas, aunque la
mayoría sea de importación, por lo tanto más caras de lo normal.
En fin, algún día escribiré sobre
las estaciones, buscando las pequeñas características que diferencian, de forma
sutil los cambios en mi México, esperando en algún momento poder estar en algún
país donde se note y poder escribir desde mi perspectiva lo que he leído muchas
veces.
0 comentarios:
Publicar un comentario