domingo, 23 de noviembre de 2014

Escrito por axlmar en , , , | 4:58 a. m. Sin comentarios




Desde hace varias semanas que rondaba por mi cabeza la idea de escribir sobre la gran tristeza que embarga mi alma a razón de los sucesos en mi país. No soy politóloga, ni una gran conocedora, simplemente soy una mexicana que está preocupada y que se entristece de la misma manera que millones de mexicanos ante estos hechos. 

Al conocer la noticia de los 43 desaparecidos en Ayotiznapa, las reacciones de la gente eran diversas, unos decían que aquellos que estaban adentrándose a las protestas exageraban, otros que no debían armar alboroto por algo que no les concernía, otros hallaron indignante este hecho, mientras que para muchos, por no decir la gran mayoría fue la gota que derramó el vaso. 

Sí, la tristeza no sólo proviene de los 43 muchachos desaparecidos, no porque el suceso no duela por sí solo, sino porque son 43 civiles que se unen a una lista casi interminable de gente desaparecida, de personas que hemos sufrido directa o indirectamente efectos del mal gobierno que tenemos. 

Las personas desaparecidas, es sólo un punto de las cosas que van mal en nuestro México, una economía tambaleante, millones de desempleados, una tasa elevadísima de robos y asaltos, miles de personas secuestradas, extorsiones telefónicas, fraudes, políticos y servidores públicos corruptos, devaluación de la moneda, inflación de precios, gasolinazos y lo más conocido a nivel mundial, la delincuencia organizada y el narco que parece gobernar más que el mismo presidente. 

Este tipo de problemas, los hemos soportado, hemos aprendido a vivir día a día con ellos, hemos sobrevivido a algún ataque y hemos sufrido con cierta resignación cada cosa mala que sucede en el país. Pero la paciencia de la gente mexicana tiene un límite y esos 43 estudiantes marcaron la diferencia en un pueblo que está cansado de tantas malas noticias, de tanto sufrimiento, de tanta impunidad hacia los culpables. 

Y las cosas siguen agravándose cuando esta crisis surge, nuestro presidente decide huir a hacer una “gira”, se dan a conocer datos de una casa propiedad de su familia, que vale más de lo que la estrellas de Hollywood pueden pagar y medios de comunicación que tratan de engañar a la gente diciendo que aquellos que protestan públicamente se dedican al vandalismo  con la intención de poder callar sus voces. 

Todo da a pensar que el mismo partido al que pertenece nuestro presidente, lo quiso mantener fuera para que no hiciera un mal manejo de la situación, cosa que es evidente cuando a su regreso de la mentada “gira”, hace la primera declaración diciendo que aquellos que protestan sólo buscan desestabilizarlo, seguido por un video mal actuado y mal editado de la primera dama en el cual trata de explicar el origen del dinero con el que fue comprado la ahora denominada “casa blanca”. 



Vi en algunos comentarios colocados en páginas del extranjero donde se dio la noticia, donde decían que los mexicanos éramos tontos por creernos la historia de la primera dama y que estábamos desviando nuestra atención de los verdaderos problemas. Aquello me resultó tan indignante como el mismo video. 

Los mexicanos, es evidente que no creemos las palabras dichas en el video y definitivamente no hemos olvidado el verdadero problema, es al menos la primera vez desde que nací en que yo he visto a la gente tan enojada, tan cansada y con ganas de hacer algo por el país que nos alberga y da nombre. Creo más bien, que se debe de tomar la oportunidad para hacer un cambio, pero uno real, que nos lleve a un gobierno mejor… pero sobre todo para no olvidar que México no son esos políticos o gente corrupta, sino todos aquellos millones que vivimos y que queremos defender nuestra patria. 

Hoy lloro por mi país, por mi gente, por aquellos que hemos sufrido cualquier efecto de nuestro mal gobierno, espero, tal vez con cierto miedo, las acciones del pueblo pero al mismo tiempo y me visualizo en un futuro en el que pueda levantar la cabeza con orgullo de este México al que tanto quiero.

lunes, 8 de septiembre de 2014




El primero del Club de lectura: “todos los nombres”.



Argumento.

Winston Smith es un hombre común y corriente que vive en un mundo donde todo es vigilado por “el gran hermano”, dónde no hay libertad ni de pensamiento, él trabaja en el Ministerio de la verdad, lugar en el que son modificadas las noticias de los diarios para que concuerden con la realidad. Mientras todo parece ir bien, dentro de él comienza a destaparse deseos de algo distinto, de enamorarse, de salir del sistema, cosa que parece va a ser realidad cuando conoce a una joven rebelde llamada Julia. 

Trama.

Winston, comienza a ir contra el sistema, cuando después de comprar un cuaderno comienza a llevar un diario a escondidas del “gran hermano”, quien vigila todo y a todos, cuando el protagonista encuentra un punto ciego en su casa, lo utiliza para engañar la vigilancia constante.

Trabaja en el Ministerio de la Verdad uno de los cuatro que organizan y gobiernan la sociedad, cada uno encargado de algo distinto, en donde trabaja Winston manipulan la información y los datos para que incluso lo que algún miembro del partido dijo, coincida con lo que está sucediendo. Esta también el Ministerio de Amor, donde se encargan además de registrar las parejas que se casan de aplicar castigos y reeducar a las mentes con un amor hacía el partido y “el gran hermano”. El Ministerio de la Abundancia, son los que distribuyen los víveres y riqueza, es decir los vales para cambiar por comida y ropa y por último está el Ministerio de la Paz, donde tocan todos los temas concernientes a la guerra, una que parece nunca se va a acabar.

Winston, comienza a percatarse de que algo no anda bien, se cuestiona sobre si es cierto que hay una guerra, podría decirse que comienza a sentir que el sistema está hecho sólo para controlar a la sociedad. Es cuando conoce a Julia una joven quien es una rebelde idealista.

Mientras ellos empiezan una relación prohibida, Julia le platica sobre “la hermandad” un grupo de personas que luchan contra el sistema, Winston se ve atraído hacia idea, y busca a las personas que están dentro de ese grupo con la esperanza de realizar un cambio.

A pesar de que todo parece ir en contra, las cosas van saliendo bien, lo que le hace pensar a Winston que será capaz de alcanzar su propia libertad. Cuando descubre que “la hermandad” es una parte del sistema también, y que todo aquello con lo que soñó podría llevarlo a la muerte.

Opinión.

Bueno, para aquellos que me conocen, este libro no es de mis preferidos, la idea de esta distopia me pone de nervios, tal vez porque hay tanto de realidad en la ficción que nos presenta Orwell, que no se puede hacer un distanciamiento de la vida real.

En cuestión de libros, en lo personal, prefiero aquellos que me hacen olvidar por un rato mi propia existencia, pero con éste, tan crudo y acertado hace que eso no sea posible.

Sin embargo es un libro que debe ser leído, porque no sólo es una historia que está bien escrita sino que además de eso, se ha vuelto una historia referencia para muchos autores e incluso programas de televisión. Y un libro referencia debe de ser una lectura obligada para cualquiera que se considere lector.

Aunque seas como yo y no te gusten este tipo de historias, quien lo lea con ojo crítico podrá ser capaz de encontrar la riqueza en la novela, de sentirse identificado con Winston y sufrir junto con él. Así que si no lo has leído no esperes más y hazlo.  


lunes, 25 de agosto de 2014




¿Cuál es la diferencia?



Una de las primeras observaciones que me hicieron en la SOGEM, fue que la literatura no era para moralizar, que la literatura no era buena o mala, que sólo había libros bien escritos o mal escritos. Obviamente la maestra se refería a la literatura a aquella que está hecha para entretener, pero otra cosa es cuando se habla de libros para educar.

Los libros para educar, es decir la mayoría de los libros de texto, están escritos con el afán de dar instrucción por lo que aquí lo de moralizar se supone viene implícito.

Recuerdo aquellos libros que tuve de niña, mi mamá que ella al ser maestra tenía libros desde que había iniciado a dar clases, y se quejaba en aquellos entonces, de que los libros ya no eran tan buenos, que la calidad de lecturas era baja y mucho menos interesante, puedo decirles que eso era cierto, mi madre tenía esos libros en casa, aquellos libros viejos que tenían fragmentos de cuentos de Horacio de Quiroga, del Quijote o Leyendas y Mitos de todas partes del mundo, esos pedazos de la literatura, evidentemente eran escogidos para dar una formación a los niños, para además de inculcar la lectura, educar a las mentes jóvenes que en un futuro se convertirían en los padres de familia y gobernantes del país.

En mi caso, además de las lecturas que ya habían bajado de nivel, pues pude leer esos que tenían mejor calidad literaria, pero eso gracias a mi madre quien había guardado esos libros viejos.

En mi casa siempre hubo hábito por la lectura, pero mientras crecíamos, tanto mi madre como mi padre tuvieron mucho cuidado de qué tipo de libros llegaban a nuestras manos, los que nos llegaron fueron inicialmente libros de cuentos y después las novelas clásicas, todas aquellas que antes mi padre había leído.

Hace unos años, un jefe en uno de los trabajos que estuve me preguntó ¿qué si yo había leído la saga del Crespúsculo?, en aquel entonces era el súper boom, de esta saga, y las muchachitas corrían a leerlo, la pregunta de mi jefe era que estaba preocupado porque su hija de 12 años lo estaba leyendo. A lo que yo respondí, bueno yo no se lo dejaría leer a una niña de 12 años, los primeros dos libros no tienen nada de reprochable, incluso pueden entrar en la categoría de Lois May Alcott en lo referente de lo moralista que suena Stephenie Meyer, pero en el tercer libro tiene tal vez la única escena de terror, la creación de ejércitos de neófitos o vampiros recién creados… una imagen que en lo personal se me hizo muy crudo para un libro tan rosita. Y el cuarto libro, ni hablar, hay demasiadas cuestiones morales que se tocan, una luna de miel explícita, un embarazo no deseado, una propuesta indecorosa, la historia de una violación, la historia de los niños eternos… en fin, suena  a que la autora en el cuarto libro quiso realmente tocar temas más escabrosos, y hacer un poco de literatura, pero esta mujer, había escrito tres libros prácticamente para adolescentes para luego saltarse a tocar temas adultos. 

Pero bueno, eso caía en cuestión del padre “preocupado”, que ni siquiera se había dado a la tarea de leer los libros para poder dilucidar si eran apropiados o no para su hija. Seguramente si me hubiera tocado estar en esa época mi padre los habría mandado a la hoguera.

Vuelvo a repetir en cuestión de literatura, no se puede esperar a que los libros moralicen, esto es trabajo de los padres, el elegir qué tipo de libros pueden o no leer sus hijos, pero cuando se habla de lecturas en un libro de texto, se espera, al menos eso yo esperaría, que el gobierno (quienes son los que mandan a hacer esos libros), tuviera ese cuidado, de escoger fragmentos y lecturas apropiadas para niños. Se esperan textos que ayuden a formar y educar. 

Sin embargo cual va siendo mi sorpresa, al ver el libro de lectura de primer año… ni siquiera tienes que ponerte a leer todas las páginas que por cierto son muy pocas; no pasan de las 100 páginas, es prácticamente un folleto. En las primeras hojas encontramos un apartado de refranes, con el siguiente:



Cuando lo vi, no podía creerlo, ¿cómo era posible que en un libro que recibirán niños de 5 y 6 años, tuviera semejante mensaje? 

Recuerden, es el primer año de escuela de esos niños, niños que son como esponjas, que todo lo que adquieran en esos primeros años, les quedará para el resto de sus vidas. ¿Cómo alguien permitió que ese tipo de “refranes” llegaran a un libro de texto? ¿Se les acabaron aquellos que ayudan a educar? Y luego se preguntan porque la sociedad está como está.

Si hace unos años me preguntaba un padre de un libro para su hija adolescente, de un libro que no era de texto, es decir, ¿cuántos padres revisan los libros que leen sus hijos en la escuela? La verdad es que me atrevo a decir que conozco más de uno que ni siquiera saben si sus hijos van bien o mal, porque “trabajan” tanto que apenas tienen tiempo para nada más. Y puedo decir que como esos padres sobran, padres que creen que llevar alimento a sus casas es más que suficiente, que no se toman el cuidado de modificar conductas o mucho menos de revisar lo que supuestamente el gobierno hace. 

Dejando de lado la calidad literaria, que realmente en el libro es nula, todavía viene a darles a los niños este tipo de "refranes", que vendrán a trasgiversar la buena eduación que algunos padres dan a sus hijos y por otro lado a reforzar a los que en casa no reciben educación. 

¿Qué va a pasar con esta generación? ¿Con estos niños a los que les llega este tipo de mensajes? ¿Qué les dirán más adelante a sus propios padres cuando quieran llamarles la atención o darles un consejo?

Sí, repito, mi maestra en SOGEM, se refería a la literatura para entretener, en este caso, no es así, es una literatura para educar, por lo que debería ser moralista. Supongo que para los padres cuidadosos tendrán que tomar en cuenta eso, ¿pero qué pasará con aquellos que no tienen padres preocupados? En fin, ojalá se tomarán acciones para prevenir que este tipo de textos aparezcan en los libros escolares. 

Para lo que quieran leer el libro aquí lo pueden encontrar en línea click aquí

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