Escribir sobre lo que te gusta.
Hemos
hablado mucho sobre leer sobre lo que te gusta o con algo que te sientas bien
al hacerlo, pero no es algo de lo que nos hablen mucho cuando entras a clase de
escritura.
Una
vez que entras a la escuela de escritores, comienza a resultar difícil porque
comienzan a darte tareas, es decir temas “sobre los que se ha de escribir”,
cada semana hay que escribir sobre algo que no es lo que normalmente
escribirías… como ejercicio es interesante y también descubres cosas sobre ti
mismo, porque al escribir sobre algo distinto a lo usual, te encuentras con
ideas y cosas que tal vez formen parte de uno, a veces algo que te comienza a
agradar.
En
lo general, hay cosas sobre las que si me gustó escribir, pero no todo, en
teoría un buen escritor debe poder escribir sobre cualquier tema, pero en
definitiva escribes mejor sobre lo que te gusta.
Después
de dos o tres años escribiendo sobre temas diversos que no escogiste, has hecho
de eso una costumbre, y entonces aparece lo malo… olvidas que temas son los que
te agradan, y cuando por fin puedes escribir de esos temas libres, no sabes que
escribir.
Esta
situación, puede ir de menos a más, pero en el peor de los casos, se convierte
en un bloqueo semipermanente, por no decir permanente. En otros casos tomar la
pluma es una batalla interna por volver a descubrir los gustos propios, lo
bueno que hay en uno, lo que uno quiere expresar.
Ahora
que estoy en las clases avanzadas veo ese problema, conmigo, con mis compañeros, escribiendo por
escribir, sin estar seguros que eso es lo mejor para nosotros, si eso es lo que
queremos expresar.
Es
evidente que uno cambia con los años, pero en cuestión creativa, el no dejarte
escribir de temas libres antes creo que hace este gran muro entre la
creatividad y nosotros mismos.
En
lo personal me está costando trabajo, he tenido que hacer cambios y por fin me
estoy reconciliando con la escritura, pero el proceso ha sido duro y me ha
tocado derramar lágrimas para volver a reencontrarme con la escritora que llevo
dentro, con aquella que me hizo llegar a la escuela de escritores en primer
lugar…
Mi
consejo sería, no olvides porque comenzaste a escribir, porque al final será
quien te mantenga a flote.
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