Hoy despedimos a otro
grande.
El día de hoy después de 15
años luchando contra el cáncer, nos abandona del mundo físico este gran
escritor, nació en Aracataca, Colombia el 6 de marzo de 1927. Y Fue uno de los
escritores más reconocidos de Latinoamérica y del mundo.
Debo reconocer que no había
leído nada de él antes de llegar a SOGEM, yo sabía quién era, creo que casi
todo el mundo lo sabía. En mi casa estaba el libro de “Cien años de Soledad”,
pero mi mamá cuando era niña no me lo había permitido leer. En mi mente
infantil había creado una barrera con este escritor.
Fue hasta que llegué a SOGEM
que tuve el primer y maravilloso encuentro con su genialidad como escritor,
como dicen por allí, “para muestra un botón”, no necesité más para ponerme a
leer a Gabo.
Robándome las palabras de mi
maestra Martha… “Hay dos tipos de escritores, el que tiene mucho talento
llegando a la genialidad como García Márquez, o el que sin tener mucho talento
se tiene que esforzar cien veces más para poder compararse con el genio como lo
es Vargas Llosa”.
Tal vez alguien pueda
sentirse ofendido por esa frase, pero en los ciclos de conferencias que ha dado
la FIL año con año, me tocó conocer a ambos escritores, García Márquez, era un “divo”,
caminaba por los pasillos de la expo con aires de rockstar, sólo asistía si sus amigos se lo pedían, y podía pasar
dos horas sin decir palabra, mirando para abajo a los demás… un derecho bien
ganado, hasta hace unos años era el escritor estrella de Latinoamérica, él
único que estaba vivo y que había ganado un Nobel, algo que Vargas Llosa vino a
quitarle.
Por su parte Vargas Llosa,
un hombre que llegó súper puntual a su conferencia, vestido de traje,
acompañado por los editores y managers, habló, y lo hizo sobre el esfuerzo y la
disciplina para escribir, de su trabajo de escribir ocho horas al día, de
evitar distracciones y de la extrema dedicación que lleva el oficio.
Con ambas actitudes pude
constatar que lo que la maestra Martha dice es verdad, y entonces me pregunté…
¿qué habría pasado si García Márquez hubiera tenido la disciplina de Vargas
Llosa? ¿cuántas obras maestras más no nos habría regalado?
Pero siendo honestos García
Márquez no nació para estar pegado a un horario, y a un esfuerzo extremo para
poder obsequiarnos tesoros literarios, él esperó la inspiración y nos dio, no charcos
de esfuerzo, sino lagos de inspiración y de maravillas.
Escribió como pocos han
podido lograr, y como pocos lograran. Parte del realismo mágico, el penúltimo
de los integrantes del “Boom” Latinoamericano que aún permanecían con vida…
Si se fue Gabo, pero vivirá
para siempre en el legado que nos heredó para la posteridad.
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