El Periodismo en Cajita Feliz
Pocos ciudadanos son los que aún guardan unos pesos
para ir al puesto de periódicos a comprar el ejemplar de su elección, y aún más
escasos, quienes leen a conciencia los artículos que dicho periódico ofrece al público. Si hablamos de causas por las
cuales los porcentajes en los últimos diez años han venido en descenso,
tendríamos que hablar de acciones y reacciones en torno al Periodismo, el menos
en nuestro país. Y es que, pese a que existe libertad de expresión en México,
también contamos con un alto índice de violencia contra los periodistas,
principalmente en los Estados más conflictivos de la República: Michoacán,
Guerrero, Chiapas o Tamaulipas, por citar algunos. Víctimas de agresiones, desapariciones e
incluso asesinatos, la anteriormente nombrada Libertad de Expresión, comienza a diluirse en la conciencia de
muchos. “Poner el dedo en la llaga”, como coloquialmente se dice, necesita
pensarse más de dos veces, porque esto podría significar el último reportaje
hecho; y es que sacar a la luz pública información que afecta los interés de
nuestros funcionarios públicos, o del crimen organizado, hoy es sinónimo de
violencia contra el periodista, quien está viendo violentados sus derechos.
Cierto es que en la actualidad, trasmitir la
información, se ha vuelto mucho más fácil
que en tiempos pasados; puesto que las redes sociales (facebook,
instagram y twitter) proveen al ávido leer de la noticia de manera instantánea,
todo al alcance de un dedo en movimiento; también es verdad que la corrupción,
el amarillismo y la falta de ética profesional, pululan en el ambiente. El
periodista está en medio de una lucha por el poder, el dinero y las posiciones
políticas, arrojando resultados alarmantes que nos hablan de una nula
objetividad en los diferentes Medios de Comunicación. Justo ahora, ya entrados en el 2014, la labor
del Periodismo, a través de la cual proporcionamos la información de manera
objetiva y eficaz, con el fin de trasmitir los hechos ocurridos en el acontecer
diario de la sociedad, parece claramente olvidada por muchos. Cada quien dice
solo aquello que le conviene decir, un pedazo de la verdad, ya maquillado y
vuelto a maquillar. Los periódicos en el
país publican aquello que el gobierno les dice.
Otro aspecto que
ha surgido con la agónica situación en que se encuentra estancado el
Periodismo impreso, es el hecho de la falta de trabajo para los periodistas,
quienes se han visto forzados a dejar sus trabajos para dedicarse a ser
investigadores o profesores. La mayoría de los periódicos cuentan ya con dos
tipos de edición, su versión en línea y la impresa; aunque con las bajas
ventas, la única edición terminará siendo la virtual. Estos portales
informativos, me recuerdan mucho a estas cadenas internacionales de comida rápida,
quienes satisfacen las necesidades de sus clientes de manera instantánea,
económica y sin valor nutricional, y lo mejor es que los comensales parecen
salir satisfechos. El caso con muchos
periodistas, quienes escriben sus artículos
light, radica en el tipo de
demanda que se gesta al interior de la sociedad mexicana: rápido, barato y
sencillo. Noticias express para
saciar el hambre del mexicano, que dicho sea de paso, ocupa los últimos lugares
en la cantidad de libros leídos por año,
con tan solo dos.
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