Cuando nace el escritor que llevamos dentro.
Todo escritor tiene un comienzo, el mío se remonta
dieciocho años en el tiempo, cuando yo recién había cumplido los doce. Era una
niña, por aquel entonces, con un gran amor por los libros; especialmente por
aquellos que mis padres me proveían, pues en ellos habitaban antiguas leyendas
mayas. Después de los libros, el séptimo arte era una de mis grandes pasiones,
como aún lo es hoy en día. Añoraba sentarme en una de esas butacas en la última
fila de la sala de cine, y presenciar una tras otra, ese desencadenamiento de
escenas. Sentir las emociones escapando de la pantalla, introduciéndose en mi
propia piel.
La búsqueda por buenas historias cinematográficas era
constante, a veces llegaban a mí de las maneras más insospechadas, otras eran
un simple tropiezo. Recuerdo una tarde, una amiga fue a visitarme a casa,
llevaba una muñeca nueva, estuvimos
jugando sentadas en el pequeño jardín al final del pasillo: Anoche vi una película a escondidas, salían
vampiros, y todos eran muy guapos, deberías de verla, dile a tu mamá que te
deje verla, nomas asusta poquito. Y como mi mamá también era una gran
cinéfila, no dudó en rentarme dicha película, su nombre: ENTREVISTA CON EL
VAMPIRO.
Desde la primera escena la ame, ame todo de ella, la
música que provocaba que mi cuerpo vibrara, los diálogos, las sombras, la
sangre, Nueva Orleans, París, el teatro, y por supuesto, los vampiros: Louis,
Lestat, Claudia y Armand. Debí verla una docena de veces. Aquel año, mamá
terminó rentándome dicha cinta al menos una vez al mes. Y yo terminé recitando
de memoria cada uno de los diálogos.
En el viejo mundo lo llaman el Don Oscuro, y yo te lo
he dado.
Era una asesina feroz, capaz de buscar la paz con la
tenacidad propia de los niños.
Habían pasado treinta años, y ella seguía siendo una
niñita eterna, solo sus ojos revelaban la historia de su edad, mirando
fijamente a los ojos con preguntas que necesitarían respuestas.
Yo deseaba que esas aguas fueran azules, pero eran
negras, eran aguas de la noche, y como sufría tratando de recordar de qué color
era la piel cuando joven.
Unos meses más tarde, mamá me regaló el libro.
Recuerdo cuán feliz me sentí al entrar en contacto con semejante objeto, me
quedé largo rato mirando la portada, y el nombre de la autora en ella, Ann Rice.
ENTREVISTA CON EL VAMPIRO se convirtió a partir de
aquel memorable momento, no solo en mi película preferida, sino también en mi
libro. Entonces quise ser como Ann Rice, tener esa capacidad para poder
trasportarme a Nueva Orleans a través de la palabra. Quise ser escritora.
Obtuve una vieja máquina de escribir, tecleaba con un
solo dedo tardes enteras, imaginando mundos donde los monstruos eran bellos,
seductores e inevitablemente mortales.
Así fueron surgiendo mis primeras historias. Con el paso del tiempo, la
máquina de escribir fue sustituida por una eléctrica, y años más tarde por una
computadora de escritorio. Aunque nunca he dejado de tomar lápiz y papel cuando
la inspiración me golpea de frente.
Has escrito algun cuento de vampiros? o novela? veo que eres muy fan!!!
ResponderEliminarEs un gusto recibir comentarios, saludos! Y respecto a tu pregunta, déjame contarte que sí he escrito varios cuentos sobre vampiros, y también algunos poemas sobre estos seres succionadores de sangre. Actualmente estoy escribiendo una novela al respecto.
EliminarEscribir sobre vampiros es uno de mis grandes placeres.