Desde hace varias semanas
que rondaba por mi cabeza la idea de escribir sobre la gran tristeza que
embarga mi alma a razón de los sucesos en mi país. No soy politóloga, ni una
gran conocedora, simplemente soy una mexicana que está preocupada y que se
entristece de la misma manera que millones de mexicanos ante estos hechos.
Al conocer la noticia de los
43 desaparecidos en Ayotiznapa, las reacciones de la gente eran diversas, unos
decían que aquellos que estaban adentrándose a las protestas exageraban, otros
que no debían armar alboroto por algo que no les concernía, otros hallaron
indignante este hecho, mientras que para muchos, por no decir la gran mayoría
fue la gota que derramó el vaso.
Sí, la tristeza no sólo
proviene de los 43 muchachos desaparecidos, no porque el suceso no duela por sí
solo, sino porque son 43 civiles que se unen a una lista casi interminable de
gente desaparecida, de personas que hemos sufrido directa o indirectamente
efectos del mal gobierno que tenemos.
Las personas desaparecidas,
es sólo un punto de las cosas que van mal en nuestro México, una economía
tambaleante, millones de desempleados, una tasa elevadísima de robos y asaltos,
miles de personas secuestradas, extorsiones telefónicas, fraudes, políticos y
servidores públicos corruptos, devaluación de la moneda, inflación de precios,
gasolinazos y lo más conocido a nivel mundial, la delincuencia organizada y el
narco que parece gobernar más que el mismo presidente.
Este tipo de problemas, los
hemos soportado, hemos aprendido a vivir día a día con ellos, hemos sobrevivido
a algún ataque y hemos sufrido con cierta resignación cada cosa mala que sucede
en el país. Pero la paciencia de la gente mexicana tiene un límite y esos 43
estudiantes marcaron la diferencia en un pueblo que está cansado de tantas
malas noticias, de tanto sufrimiento, de tanta impunidad hacia los culpables.
Y las cosas siguen agravándose
cuando esta crisis surge, nuestro presidente decide huir a hacer una “gira”, se
dan a conocer datos de una casa propiedad de su familia, que vale más de lo que
la estrellas de Hollywood pueden pagar y medios de comunicación que tratan de
engañar a la gente diciendo que aquellos que protestan públicamente se dedican
al vandalismo con la intención de poder
callar sus voces.
Todo da a pensar que el
mismo partido al que pertenece nuestro presidente, lo quiso mantener fuera para
que no hiciera un mal manejo de la situación, cosa que es evidente cuando a su
regreso de la mentada “gira”, hace la primera declaración diciendo que aquellos
que protestan sólo buscan desestabilizarlo, seguido por un video mal actuado y
mal editado de la primera dama en el cual trata de explicar el origen del
dinero con el que fue comprado la ahora denominada “casa blanca”.
Vi en algunos comentarios
colocados en páginas del extranjero donde se dio la noticia, donde decían que
los mexicanos éramos tontos por creernos la historia de la primera dama y que estábamos
desviando nuestra atención de los verdaderos problemas. Aquello me resultó tan
indignante como el mismo video.
Los mexicanos, es evidente
que no creemos las palabras dichas en el video y definitivamente no hemos
olvidado el verdadero problema, es al menos la primera vez desde que nací en
que yo he visto a la gente tan enojada, tan cansada y con ganas de hacer algo
por el país que nos alberga y da nombre. Creo más bien, que se debe de tomar la
oportunidad para hacer un cambio, pero uno real, que nos lleve a un gobierno
mejor… pero sobre todo para no olvidar que México no son esos políticos o gente
corrupta, sino todos aquellos millones que vivimos y que queremos defender
nuestra patria.
Hoy lloro por mi país, por
mi gente, por aquellos que hemos sufrido cualquier efecto de nuestro mal
gobierno, espero, tal vez con cierto miedo, las acciones del pueblo pero al mismo
tiempo y me visualizo en un futuro en el que pueda levantar la cabeza con
orgullo de este México al que tanto quiero.