Machismo o poco talento
femenino.
El premio Nobel, nace a raíz
de una controversia, el rico empresario Alfred Nobel, después de tener
remordimiento de conciencia, por ser inventor de armas, en su testamento dejó
especificado que cada año se reconociera la labor de artistas, humanitarios,
científicos y médicos, en las categorías de Física, Química, Medicina,
Literatura y Paz.
Hay un refrán que reza, “lo
que empieza mal, acaba mal”, tal vez debería manejarse con más cautela un
premio que nació del remordimiento. Durante los más de cien años que se han
entregado las medallas, que además van acompañadas de una fuerte suma de
dinero, ha causado muchas controversias, la mayoría de ellas, por la selección
de los ganadores.
Uno de los más sonados
dentro del premio Nobel de la Paz, fue cuando al ex presidente de EEUU, Barack
Obama recibió el premio, el mismo año que manda a la guerra a su ejército,
situación que se fue magnificando en el resto de su mandato.
O en el caso del Nobel de
Literatura, cuando un cantautor gana el premio sobre escritores reconocidos que
han aportado más a la literatura. O que
escritores de la talla de Borges o Cortázar nunca lo ganaron.
Ha habido también rechazos
de ganadores, por cuestiones ideológicas, por cuestiones políticas y, tal vez,
por cuestiones más banales.
El año pasado, quiero
confesar que fui de las que estuvo, primero atónita ante el anuncio del
ganador, y después molesta, yo entiendo perfectamente que las letras de las
canciones forman parte de la literatura, son poesía acompañadas por música, eso
no lo negaré nunca, mi enfado entraba más en… ¿por qué él?, si los letristas
entraban en la terna, ¿por qué hasta ahora?, ¿por qué en más de cien años nunca
había ganado otro cantautor?, ¿por qué decidieron que después de 115 años debía
ganar alguien que no fuera un literato?, ¿por qué si iba a ganar un letrista,
tenía que ser estadounidense?, ¿por qué han dejado afuera a miles de
compositores, cuya labor ha sido igual o mejor que la que ha hecho Bob Dylan, y
que al igual que él, han generado cambios en generaciones enteras?. Sí, la
situación era para entrar en controversia, misma que se extendió al grado de
que el Sr. Dylan, nunca fue a recibir su premio.
Ahora bien, los premios se
han entregado desde hace más de cien años, la mayoría han sido entregados en la
época del feminismo, en el siglo en que se le dio la voz y voto a las mujeres,
en el siglo de lucha por la equidad de género, de igualdad de derechos, pero
esto parece tenerles sin cuidado a la Academia Sueca, pues las mujeres han sido
relegadas en cuestión de los premios. En todas las categorías.
De más de 800 premios que se
han otorgado, sólo 47 han sido entregados a mujeres, de las cuales, la mayoría
pertenecen a la categoría de Literatura, 14 mujeres han ganado, el resto de los
premios desde 1901, han sido asignados a hombres. Estamos hablando de algo menor al veinte por ciento de los ganadores. ¿Dónde está la equidad de género?
Es triste, ver que incluso
en estos ámbitos la desigualdad se hace presente, que piensen que las mujeres
no tienen el talento necesario para ser acreedoras a un reconocimiento.
Así que si dejamos todavía a
un lado que si es buen o no escritor, o si tan siquiera puede considerarse
escritor quien ha ganado el premio, deberíamos preguntarnos si aún seguimos en
la edad media, donde las únicas mujeres que podían estudiar eran las religiosas,
o si continuamos en la época en que se tenían que vestir de hombres o
escritoras forzadas a utilizar un pseudónimo masculino para ser tomadas en
cuenta.
Por allí dicen que nunca
estaremos de acuerdo con los ganadores, es posible que así sea, ya que en casi
todos los premios sean locales, nacionales o internacionales, habrá quien esté
en contra e incluso quienes traten de boicotear algún concurso. Sin embargo, creo
que la situación es un reflejo de nuestra sociedad, mientras haya nepotismo,
tráfico de influencias, problemas ideológicos, religiosos y políticos, habrá
problemas en la selección de ganadores, y sobre todo, mientras siga habiendo
desigualdad de género en el mundo, lo habrá también cuando se otorgue
un premio donde hombres y mujeres compiten sin tener categoría especial por
género.
Sólo puedo pensar, que tal
como reza el refrán, realmente algo que inició mal, ha continuado mal, y a
menos que hagan un cambio radical en cómo se escogen a los ganadores,
definitivamente terminará mal.