Bien
es sabido, sobre todo, aquí en México, si quieres vivir del oficio de escritor,
tienes que ganar un premio literario, incluso si te arriesgas a sacar una
edición de autor, los editores te dirán, “si quieres ser reconocido, debes
ganar un concurso”.
Suena
muy fácil, pero la realidad es muy distinta. Porque a medida que pasa el
tiempo, vas viendo, que ganar un concurso, es como encontrarse una aguja en un
pajar.
Si
es tu primera vez en el mundo de los concursos literarios, puede que participes
con mucha esperanza, que busques en internet las convocatorias, leer los
requisitos, cumplirlos y entrar a concurso, pensando que obtendrás el premio…
el tiempo pasa, y cuando dan los resultados, ni siquiera obtuviste una mención
honorífica, sientes que como escritor no vales la pena, te dan ganas de dejarlo
como en un simple hobbie y no volver a
aspirar a ser un escritor.
Sí,
es devastadora, la primera vez, pero hay que recordar varias cosas, y no
dejarnos vencer ante el primer obstáculo.
¿Por qué no se ganan los concursos?
Hay
varios elementos que pueden influir para que no ganes un concurso literario.
- Tu escrito tiene errores de redacción u ortografía.
Si tu texto no está cuidado, y tiene errores, difícilmente
va a ganar un concurso literario, sabemos que existen los editores, pero un
juez va a preferir un texto limpio que evite trabajo de más, a uno que tenga
que pasar por la guillotina para que quede presentable.
- Escogiste un concurso donde el premio es de una remuneración muy elevada.
Mientras más elevado es el monto que ofrecen, menor
posibilidad tendrás de ganarlo, porque en este tipo de concursos, entran muchos
escritores profesionales. Incluso en algunos de ellos, las editoriales hacen
campaña para que los autores que pertenecen a su sello, resulten ganadores.
Cabe la posibilidad, de que haya arreglos de antemano y entonces, la
participación de un escritor novel o de uno amateur, jamás obtendrá algo.
- No es lo que estaban buscando los jueces.
Buscaste un concurso sin tanta remuneración y que era
específico para nuevos escritores, ¿entonces, ahora qué pasó?, bueno, a veces los
jueces tienen una idea en mente, no es sólo que el texto esté bien escrito,
sino que el tema a tratar, aunque en la convocatoria, rece “tema libre”, una
editorial, sobre todo, si hay de por medio una publicación, buscará temas que
estén de moda, que llamen la atención, porque la idea es que el libro se venda.
Aunque esto depende, hay que tratar de pensar en quién está convocando, ya que,
si es un concurso de parte de una escuela católica, una temática controversial,
no ganaría, mientras que si es una convocatoria de una editorial, sí. Debemos
tratar de buscar en donde nuestro texto tendría cabida, o bien, escribir sobre
un tema comercial.
- Evita los concursos arreglados.
Hay ciertos concursos que están un poco manchados por la
palabra corrupción, es decir, que se sabe previamente que los jueces tienden a
favorecer a sus conocidos, si no conoces a alguno de los jueces, mejor ni entres
a esos concursos. Si no sabes si a la convocatoria a la que quieres responder
es uno de estos casos, verifica la fecha límite de entrega de trabajos y la
fecha de resolución, y haz matemáticas, si es muy cercana la fecha, debemos
calcular cuánto se tarda alguien leyendo y si el tiempo que están disponiendo
hace sentido en el hecho de que un juez debería leer a todos los participantes,
si los cálculos no te hacen sentido, es probable que el concurso esté
arreglado.
- A tu texto le hace falta trabajo.
Y por último, el que más miedo da, saber que tu texto
aunque esté limpio, esté entendible, tenga un buen tema y su presentación sea
impecable, existe la probabilidad de que necesites trabajarlo más, porque puede
ser que su nivel no es el suficiente para ganar un concurso, hay que estudiar,
leer mucho, incrementar vocabulario, practicar las imágenes metafóricas y
seguir escribiendo.
Es
difícil concursar, en algunas convocatorias requieren varias copias del texto
impresas y engargoladas y a esto se suma el costo de paquetería… pero no todo
es cuestión económica, pues tenemos también el desgaste emocional, primero de
la angustiosa espera y después del decepcionante resultado. No obstante,
recuerda, que quien no participa, nunca tendrá la oportunidad de ganar.
Así
que aquí te dejo algunas recomendaciones para que sigas participando.
- Lee bien la convocatoria, los requisitos, los temas, la extensión, el formato y fechas límites, así organizas tu tiempo, tus ideas y lo que tardarás escribiendo.
- Evalúa los costos de impresiones, copias, engargolados y paquetería, para que determines si vale la pena entrar o no.
- Checa quiénes han ganado previamente ese concurso, sobre todo si es tema libre, así te darás una idea de qué están buscando los jueces.
- Revisa tu texto, dos veces, tres, cuatro, corrige la ortografía, pídele a tus amigos que te ayuden con la lectura, que te den su opinión, valora sus comentarios y haz cambios, si los crees necesarios.
- Registra tu obra, antes de enviarla, queremos creer que quienes arman las convocatorias tienen buena fe y destruirán el material de los autores que no ganaron, pero para no dejar cabos sueltos, es mejor tener registro, para evitar cualquier mala sorpresa.
- Espera con paciencia, y si no ganas, revisa en qué podrías estar fallando.
En
fin, éstas son sólo algunas recomendaciones, para que no se desanimen de
escribir, recuerden que el oficio de escribir nos llama y que al final, un
premio no nos va a quitar ese llamado, el espíritu o el talento. Hay que
recordar que muchos grandes escritores, jamás ganaron un premio y que muchos de
ellos fueron rechazados numerosas veces por editoriales. Lo más importante es
empezar a escribir, no dejar de hacerlo y evidentemente si quieres ganar un
premio, pues seguir participando.
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