Es raro que un tema te vaya
persiguiendo, en mi caso, tengo varios días hablando de esto, por lo que decidí
platicarles cómo fue que inicié en mi proceso de escritura.
Desde temprana edad comencé a
escribir historias, las primeras que vieron la luz, fueron cuando yo tenía
entre once y doce años, escribí unos cuentos, no tengo los originales, porque
los escribí a máquina mecánica y se los regalé a una prima mía, pero recuerdo
de qué trataban y podría decir que eran malas copias de los cuentos que tanto
había leído.
En aquella época me daba mucha
pena que otras personas leyeran lo que yo escribía, eso cambió cuando entre al
Candymundo, una comunidad de fans de Candy Candy, (les dije que hablaría más de
ello). Una serie de circunstancias se reunieron, tenía tiempo libre y una
computadora y comencé a escribir un fanfiction (una historia basada en un
libro, serie, anime, o película) del anime. Pasé dos años escribiéndolo al
final fueron 56 capítulos y un poco más de 350 mil palabras. Durante ese
periodo recibía comentarios (la mayoría buenos), y obtuve muchos seguidores.
Pero yo me preguntaba, si les gustaba lo que escribía, o les gustaba porque era
sobre los personajes de los que los lectores ya eran fans.
El Candymundo, tenía un evento
anual (no sé si sigan con esta costumbre), al que llamaban “Guerras Floridas”,
donde los fans se dividían en bandos de acuerdo al personaje a quien apoyaban…algo
así como Team Edward o Team Jacob, Team Godzilla o Team Kingkong. Y durante el
mes de abril, los grupos defendían a su personaje favorito por medio de
canciones, dibujos, ensayos, poesías y fanfictions. Este evento hizo que
desatara mi creatividad y participé varios años seguidos.
Yo sentía que mis textos eran buenos, pero no estaba segura, y fue en medio de estas guerras que yo entré a Sogem, porque deseaba saber más, deseaba saber si mi escritura era buena. En Sogem obtuve validación como escritora, así como conocimiento de técnicas y me presentaron autores y libros que yo desconocía y fue un proceso, que hasta la fecha sigo tratando de incrementar mi acervo literario.
Mi participación en el
Candymundo, terminaron por muchas razones, algunas dicen que el ambiente se
había tornado muy tóxico, tal vez, tengan razón. En mi caso, fue en parte falta
de tiempo, por otra parte, deseaba empezar a escribir cosas propias, donde no
tuviera que usar personajes o basarme en una historia que alguien más había
creado. No obstante, siempre estaré agradecida de ese periodo, conseguí amigas
increíbles y al mismo tiempo, me dieron el empujón que yo necesitaba para que
se me quitara la pena de que alguien más leyera mis textos.
Mientras tanto en la escuela
tuve la fortuna de salir en tres las publicaciones, que me animó a comenzar a
escribir aquí en el Libro Rojo, y más adelante en el grupo literario
Literoblastos, donde hemos publicado ya tres antologías de cuentos.
El proceso ha sido largo y, a
veces, exigente, las dudas siempre te persiguen, ¿soy lo suficientemente buena?
¿No estaré perdiendo el tiempo? Pero quiero pensar, que si algo te hace feliz y
te da bienestar, entonces no es pérdida de tiempo y que si los premios o el
reconocimiento nunca llega, al menos me quedara la satisfacción de que cumplí
un deseo y no hay nada más gratificante que saber que no te quedaste de brazos
cruzados, que venciste el miedo y luchaste por algo que querías.
Cada proceso de inicio es
distinto y cada escritor tiene sus propias anécdotas… el mío fue éste.